Así vivió Mariano. El Izquierdo de su segundo apellido es una síntesis de su vida siempre a contramano. Era como ese futbolista que hace maravillas en la cancha y, sólo de vez en cuando, la suerte lo acompañaba y metía el gol. Integró el grupo Teatro Equipo actuó junto a Lito Cruz, Federico Luppi y Víctor Manso. Fue libretista de radio y televisión, andaba como chancho con Marcel Marceau, Barrault y Margarita Xirgú. Fue periodista del diario La Prensa. Vivió en San Isidro y en Montevideo pero no duraba más de una campaña: siempre cambiaba de puesto en una búsqueda permanente. Diseñaba y producía artesanías, sabía valorar las antigüedades y llegó a comerciarlas. Fue marchand/curador de conocidos artistas plásticos. Fue redactor e, incluso, diagramador publicitario. Nació en Berisso. Publicó: Llegada al viento y otros poemas (1958), Del amor invitado y otros amores inventados (1995), Dulce Babushka (1999), Los padres sin plaza (2005) y a modo de despedida La vida ó la vida en 2006. Figura en antologías y ha colaborado en distintas publicaciones de Argentina y Uruguay. Recibió varios premios: en 1971 su poema Verde y azul fue galardonado con medalla de oro por la Intendencia de La Plata. En 1997, un segundo premio en Cafetín Croché, de la Villa Escorial, España. Permaneció más de 10 años prestigiando FM Difusión con sus recordados programas: El firulete y La incierta noche y allí exhibía su excelente creatividad. Su cultura le permitía encontrar en las bateas de oferta, la música que por desconocimiento muchos desechaban. Durante el escaso tiempo que separó la aparición de su libro de su desaparición física, le escribió varios mail a su amigo Iván Wielikosielek, un escritor cordobés con el que entabló una estrecha amistad. En uno de ellos, decía: No sé si te dije que perdí gran parte de mi voz. Me queda la palabra… escrita… Malgré tout, siempre fue la que más nos importó. ¿O no? (…) Ahora la vida me ha puesto la ñata contra el vidrio. Y no sé si la estoy viendo de afuera o de adentro. Pero la veo hermosa (…) Dios aprieta pero no ahorca. A mí siempre vivió apretándome. Ahora parece estar dispuesto a lo otro. Y así fue. Desde el afecto y el recuerdo , nadie podrá obviar cuando hable de la Cultura tú nombre. Luis GURUCIAGA |